Si, japoneses hay muchos en Barcelona, y buénisimos. Pero cuando uno no puede dejarse 24 euros en un plato de sukiyaki en el Yashima (cojonudo por cierto), puede ir a un lugar donde por ese dinero puede invitar a 2 personas más a comer.
El Kiku Chan está en la calle Numancia 133. A simple vista es un lugar cutrecillo y pequeño, pero a según que horas pases por delante podrás ver 6 o 8 personas esperando para entrar a comer, y eso suele ser buena señal.
Lo primero que sorprende del Kiku Chan es la variedad de cliéntela, desde ejecutivos con corbata a estudiantes sin dinero, incluyendo en ocasiones a japoneses de paso por BCN, toda una garantía.



Las piezas de sushi son tan poco sofisticadas como grandes y generosas, nada de huevas ni delicatessen, pero están en su punto. Los veteranos del local sabemos que aunque no aparezca en la carta, podemos pedir Nigiri de anguila.
Hay tres platos estrella en el "Kiku": los yakisoba (fideos con ternera) catalogado en muchos sitios como los mejores de Barcelona, las sopas de fideos (Han-Ramen) igualitas a las que te encontrarías en Tokyo, y por último Karaage (pollo rebozado) que acompañado de un bol de arroz blanco está delicioso.
No dejéis de probar el Oyakodon ni el lomo con curry que encontraréis en el menú de mediodía, así como las Gyosa (empanadillas a la plancha) que se pide Alberto siempre que puede.